La verdad no sé cómo darle comienzo
son tantas ideas las que rondan mi cerebro
que dudo entre una rima o intuir un terceto
lo que me haces pensar. Espera que me despejo.
Comenzar con pareado me parece poco ético
pues es muy habitual este tipo de fragmento.
Querría dedicarte tal vez un buen serventesio,
pero muy difícil se me hace componer este verso.
El soneto lo escribí ayer, entonces ya ni lo intento.
La cuarteta o la copla o mejor firmo un cuarteto.
Si pudiera te haría redondilla o una buena seguidilla,
mas poco cabal me siento y ni me sale la quintilla.
Tu figura me enloquece y hasta una silva me inspira
y tu aroma me embriaga queriendo hacerte una lira,
mas mi vista se me nubla y ni el papel casi veo,
tengo que descansar de tu hermoso pensamiento.
Sólo me falta intentar un romance o incluso un quinteto
¿Y si fuera un buen zéjel? para alegrarte el descontento.
De la frustración por mi tremendo fracaso poético
se me olvida la espinela y la octava, pero casi que lo dejo.
Siguiendo mi inspiración haré en libertad este verso
dedicándote entera la prosa de mi pensamiento
y aunque ni en prosa me salga el halago de tu cuerpo,
indescriptible es relatar minuciosamente tu aliento.
©Carpin 08/08/2011
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