En el otoño de mi larga y nublada vida,
desesperanza del no sé qué hacer
nació una nueva y vigorosa primavera
al verte a mi lado en el amanecer.
En el crepúsculo de mi difusa existencia
donde el límite ya pronto asomaba,
amaneció una nueva y vital búsqueda
con originales metas que alcanzar.
En el ocaso de mi supervivencia,
cada madrugada florece mi pasión.
En el estuario de mi larga memoria
cuando tú estás brota una fresca ilusión
Cuando tú no estás la cama se queda gélida
como el hielo de la Antártida
y mi viejo corazón roto de dolor
arde como el fuego del infierno
Cuando tú no estás
el día se me hace noche
Y la noche se transforma
en el más profundo averno
©Carpin - 28 / 10/ 2011
Quien sabe de tu vida,entiende tu palabra,
ResponderEliminarquien conoce tu entorno, entiende tu corazón
Gracias
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