Bienvenidos

Hola amig@s, bienvenid@s a este mi rincón que es a partir de ahora también el vuestro.
Entrad con tranquilidad, leed y ved lo que os apetezca. Comentad y criticad cuanto queráis, pero dejadlo por escrito. que de todas las criticas se aprende. Por supuesto de las criticas buenas , como de las buenas criticas pero también y mucho de las criticas malas y por ende de las malas criticas. Todas son validas y sin ninguna duda respetadas, aunque se pueda discrepar.
Saludos

viernes, 7 de octubre de 2011

FANTASIA O REALIDAD QUIEN LO PUEDE ADIVINAR - RELATO CORTO (6ª parte)

Continúa
La puerta de la reja estaba abierta, y penetramos en el jardincito preguntando en voz alta, casi voceando si había alguien – “Cerrad y llegaos hasta aquí atrás”. Se escuchó una voz de hombre grabe y sonora. Nos miramos e hicimos lo que nos pidió. Caminamos rodeando la casa y llegamos hasta un porche amplio con un espacioso jardín donde había una gran piscina, mucho más amplia que la nuestra que era casi raquítica comparada con aquella, no digo que fuera olímpica pero era una piscina grande y estéticamente bonita encuadrada en el entorno.
Justo al lado, un hermoso cenador del que salió un hombre alto, con gran cabellera casi totalmente cana y de facciones afables y risueñas se adelantó a saludarnos haciéndose él mismo la presentación como el esposo de la maravillosa mujer que habíamos conocido la noche anterior. También era de edad indefinible, a mi parecer semejante a la mía dos arriba o dos abajo, se le veía bien. Qué les digo, que sentí en mi interior una sensación de celos que no había tenido nunca y que de inmediato se alejó de mi mente.
En eso apareció “ella” con una bandeja repleta de tapitas y aperitivos preguntándonos qué deseábamos beber e invitándonos a sentarnos en el cenador alrededor de la mesa de jardín.
Mi esposa de inmediato se sentó al lado de nuestro anfitrión con naturalidad como si se conocieran de hacía mucho tiempo y yo de frente a él, dejando una silla entre ambos para su escultural compañera que rápidamente se presentó con las bebidas.
Y nos pusimos a hablar con total confianza pregúntantadonos mutuamente y saciando nuestra respectiva curiosidad con respecto a la otra pareja. Por nuestra parte alabamos su gusto por el jardín tan esplendido que tenían y por la descomunal piscina.
Él tomaba sorbo tras sorbo su bebida, terminándola casi de inmediato y recalcando la sed que tenía, pues había estado casi toda la mañana recortando el césped mientras ella se había llegado a la ciudad a solucionar unos papeles de la empresa en la que ella trabajaba y en la que él ostentaba un puesto de gran responsabilidad.
Qué casualidad, las dos mujeres trabajaban más o menos en lo mismo y también había cierta coincidencia en nuestro situación laboral, ya que ambos trabajábamos en temas relacionados con el diseño. Por tanto, unos como otras estábamos en idéntica onda en cuanto a nuestros trabajos, igualmente rondábamos la misma edad y por eso estábamos también en línea con los gustos por la música de los setenta y ochenta, pero además coincidíamos con los criterios sociales. Nuestra conversación era amena, fluida y de verdad atrayente.
Él, de vez en vez, dirigía su mirada sin disimulo a mi esposa y se le notaba el aprecio que sentía por ver más e incluso la admiración por sus hermosas curvas y redondeces, cosa que como a mí del mismo modo se me notaría con claridad por aquel Bombón que era su preciosa esposa.
De repente ella hizo la propuesta – “¿Qué os parece si nos damos un baño y luego comemos juntos? tengo un lechazo al horno que tiene que estar de requetechupete, hacemos una ensalada y hay comida para los cuatro, ¡venga decid que sí!” Se le notaba el entusiasmo con el que nos hizo la proposición.
“- Pero, no hemos traído bañador” No nos dio tiempo a reaccionar, con total rapidez aquel hermosísimo monumento desanudó su camisa quitándosela de corrido y deshaciéndose de su pantaloncito. En un santiamén se quedó desnuda ante nuestros ojos. ¡Qué esplendoroso cuerpo, qué pechos, qué nalgas qué pubis, qué, qué, qué…todo. Él no hizo ningún ademán de repulsa alguno, muy al contrario siguiendo el ejemplo de su esposa comenzó a desnudarse y cuando me quise dar cuanta mi espectacular esposa hacía lo mismo, dejando ver todas sus armoniosas beldades, para alegría de nuestros ojos y sobre todo para la vista de nuestro vecino que no despegaba su mirada de ella. Sin remisión yo hice lo mismo y ya los cuatro desnudos nos tiramos al agua, nosotros de golpe para evitar se notara nuestra alteración y ellas despacito dándose la mano la una a la otra para evitar resbalarse.
¡Qué magia!, qué fascinación ver las evoluciones de las dos perturbadoras mujeres que como sirenas nos mostraban todos sus encantos con la quimérica armonía de sus movimientos.
Continuará     ©Carpin - 22 / 09 / 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario