FANTASIA O REALIDAD QUIEN LO PUEDE ADIVINAR - RELATO CORTO (8ª parte y final)

Continúa

Nos sentamos a la mesa mientras ambas mujeres se dirigían a la cocina a preparar la vajilla y las viandas. Los dos sentados rompimos el silencio con sonrisas y casi a la vez alabando a nuestras recíprocas y contrarias esposas, sus atributos, su naturalidad, etc. Se nos notaba claramente la atracción que sentíamos por nuestras respectivas esposas pero transparentemente la atracción que sentíamos por la mujer del otro.

Ellas salieron majestuosas al jardín cargadas de utensilios y bandejas, desnuditas, que fantástica visión y así lo hicimos saber ambos a la vez piropeando aquellos andares y figuras.

Colocamos la vajilla y nos servimos de aquellos alimentos que se nos mostraban en la mesa, escanciándonos el vino fresco y de aguja con que nos agasajaron nuestros anfitriones y propusimos un brindis por nuestra amistad y complicidad.

La comida trascurrió entre bromas y chismorreos respecto a nosotros mismos que a cada instante nos hacían reír, pero la verdad es que nosotros no dejábamos de mirar y admirar aquellos perturbadores torsos de nuestras compañeras que lucían como preciosos atributos de sus esmerados cuerpos y de los que daban ganas libar como postre de aquella formidable comida.

Nunca había visto a mi esposa tan pícara y exultante de curiosidad como en aquellos momentos, se le notaba inquieta pero con la chispa de la curiosidad, el morbo a flor de piel, pero no se le quedaba atrás aquella majestuosidad de vecinita, a quien se le notaba nerviosilla y destelleante de alegría. De ningún modo habíamos estado tan desinhibidos. Sentíamos la libertad en nuestros pensamientos, en nuestros poros, en nuestra charla y en nuestros actos.

Y ese fue el comienzo de una gran amistad, llena de confianza, confidencialidad, complicidad y muchas cosas más, al que siguieron infinidad de reuniones y celebraciones de cualquier tipo, atardeceres o amaneceres, medios días o medias noches, mañanas o tardes, en fin casi todo el tiempo de que disponíamos libremente, pues parecía que no podíamos estar distantes unos de los otros por mucho tiempo y buscábamos cada uno de los cuatro indistintamente, cualquier disculpa para estar juntos.

Amistad que dura y durará por siempre y que aunque parezca un sueño es totalmente una realidad o no.

©Carpin - 22 / 09 / 2011