Después de pasados cuatro días desde las elecciones municipales en toda España y autonómicas en algunas de sus comunidades me pongo a reflexionar someramente, sobre los resultados, pues, si lo hiciera plenamente mi cabeza se volvería un laberinto de pensamientos incompatibles con la sociedad actual que me sería difícil reflejar y que no cabrían en estas páginas.
Con esta alternativa me atrevo a explicar mis cavilaciones:
Todos, creo, sabemos que la actual crisis mundial está promovida por la economía, los bancos y los grandes capitales, especuladores de esta sociedad que no piensan nada más que en ganar dinero a mansalva sea, como sea, sin tener ninguna vergüenza ética para con el necesitado, el trabajador, para con la sociedad y para con los Estados y además sin miedo a las represalias que pudieran acaecerles por sus gestiones truculentas, siniestras, malsanas y crueles. No los calificaré de fraudulentos, pues en las legislaciones actuales no viene así reflejado, pero que rayan con el nepotismo y la arbitrariedad en sus acciones sin control ninguno. Si a esto le añadimos que si llegan a sufrir pérdidas éstas las hacen catastróficas para recibir la ayuda de los Estados, ya que los gobiernos piensan son la base de la economía o se ven forzados a ello por las potencias extranjeras que subliman el neocapitalismo, en vez de racionarlos, inspeccionarlos, castigarlos y reacondicionarlos. O sea, son los intocables y sublimes dioses de su verdad absoluta.
Por otro lado en España le añadimos el problema del ladrillo provocado por las leyes liberalizadoras del suelo, dictadas por la derecha de este país en la época de Aznar y la cerrada totalitaria del grifo hipotecario promovido por los banqueros, que presionan para evitar que los gobiernos manden más que ellos, además de por los especuladores particulares y Ayuntamientos que han permitido un desarrollo urbanístico fuera de lo normal y sin control.
Estos dos puntos nos dan como resultado la mayor crisis de la historia, difícil de remontar y si añadimos a las Agencias de Calificación, que nadie sabe de dónde han salido ni quiénes son y no hacen más que profetizar a su “criterio despótico” las consternaciones de los países que quieren sacar la cabeza del abismo de la semi-pobreza, calificándolos con sus juicios neoliberales y vaticinándoles tal o cual catástrofe si no cumplen lo que ellos predican y a los que todos los manipuladores del dinero escuchan sin tener en cuenta sus errores (No previeron la crisis que se avecinaba) y que ahora se permiten el lujo de calificar a los Estados que a ellos les interesa, haciendo que la credibilidad de éstos suba o baje a su entero parecer.
Así están las cosas y así nos las tenemos que tragar, pero todos "malpensamos" que la culpa es del Gobierno, que no voy a decir que haya hecho las cosas bien, que probablemente con sus bajadas de pantalones ante el capital, yéndose a la derecha, han creado un conflicto de pensamiento político en quienes los votaban, han considerado que para dar su confianza a una izquierda de derechas mejor dársela directamente a la derecha.
Por otro lado, sabemos que la justicia es lenta, que digo lenta… lentísima y además contradictoria y parece que esto mismo se la ha pegado a la sociedad en general.
No nos importa nada que haya políticos “trafuyeros” imputados por escándalos de malversación, tráfico de influencias, prevaricación etc., etc. y que se hayan llenado los bolsillos de euros, mientras vayan en las listas del ideario político que profesamos.
Hay que pensar que España es lo que es actualmente, gente conformista que no quiere conflictos, que desea vivir lo mejor posible, que lo pide todo y a los que todo hay que dárselo sin involucrarse y ni aunque salga un movimiento como el 15M reclamando cambios en la economía, en la política y en la justicia, jóvenes que ya pasan del “pasotismo” en el que estaban inmersos y que a dios gracias han abierto los ojos. Pero los españolitos seguimos sin mover un ápice nuestras conciencias y este movimiento que se transmite ya otro sin fin de países y que es llamado “Revolución Española” no nos mueve la conciencia, el honor, ni la rebeldía y seguimos votando al presunto ladrón, no sea que venga otro que lo haga mejor y no se le note.
¡Así es España y así nos va!, pues toca joderse y aguantarse que así lo queremos.
¡PERO QUE GILIPOLLAS “SEMOS”!
©Carpin - 27 / 05/ 2011
Estoy de acuerdo contigo.No ha habido voto crítico,sino de castigo,ante estas manías,no evolucionamos...Unas siglas no lo definen todo,si Zp lo hace mal,votamos a Rajoy (que este lo va a solucionar enseguida,já) y eso se ha hecho en los pueblos,gran error,ya que hay otras alternativas sin intereses partidistas.Ahi que mirar,escuchar,apostar y apoyar.Por eso hay miles de personas manifestandose,en todo su derecho,ya no creen en los políticos...lógico
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