La naturaleza traicionera

Dicen que la naturaleza es sabia, no lo cuestiono, es más lo creo a pies juntillas.

Dicen que los humanos la estamos destrozando, no lo dudo, lo revalido, solo hay que ver los desechos que vertimos en nuestras aguas, los restos de basuras que quedamos en los campos un día cualquiera de nuestro disfrute, etc. etc.

Pero lo que sí es una verdad, como una catedral, es que la naturaleza es traicionera.

Es verdad que los científicos ya tienen identificadas todas o casi todas las placas tectónicas de la litosfera terrestre, también es verdad que nuestro planeta está en continuo movimiento y produciendo una energía descomunal por el rozamiento de esas capas de la corteza terrestre, produciendo los correspondientes temblores de tierra y también es verdad que los humanos hemos sido y somos tan irresponsables e irracionales que plantamos nuestros asentamientos en las zonas que todos ahora sabemos tiene el riesgo más alto de padecer esos temblores. Pero ¡coñe! La naturaleza también es traicionera y no nos da ni una pistilla para poder evitar las desgracias humanas, ya que no las económicas.

Hoy en día los meteorólogos gracias a la experiencia, a sus estudios, a los satélites, etc. nos predicen con sus pequeños errores lo que va a pasar con respecto a esta materia hasta con días de adelanto: las lluvias, las mareas, las tormentas, los fríos, etc.…

¿Pero y qué pasa con los sismólogos, geólogos y los demás científicos estudiosos de estos sucesos? Con toda la experiencia histórica, con las medidas paramétricas confrontadas, con las imágenes de satélites, pueden (y lo hacen) verificar cuáles son los puntos más calientes y predecir que en tal o cual lugar va a suceder un cataclismo en un futuro próximo, pero no de qué magnitud y mucho menos en qué  momento.

¡Por favor naturaleza! no seas tan traicionera y mándanos alguna pistilla, para que los técnicos en la cuestión puedan vaticinar con una cierta aproximación por dónde van a ir los tiros y cuándo te vas a cabrear. A cambio te prometemos que haremos lo posible por tratarte mejor, como tú te mereces.

Una vez hecha esta reflexión hay que sentir la pena y tener la máxima solidaridad con las víctimas y afectados de este pueblo tan querido por mí.

Y  una vez más y como siempre, los lorquinos han demostrados que son  personas de los pies a la cabeza y aún en la desgracia, con el miedo metido en el pellejo, se están comportando como verdaderos héroes y con la paciencia, resignación y esperanza que siempre les ha caracterizado.

Mi máxima solidaridad con Lorca, su comarca, con la comunidad Murciana y con todas las gentes que están sufriendo, por esos seísmos que han padecido.

©Carpin - 11 / 05/ 2011