Entraste en mí, en un anochecer
naciste en mi corazón como una rosa
junto a la púa que más daño me hacía
saliste de la zarza más espinosa.
Te conocí un día de primavera
cuando el dicho, dice: la sangre altera
la ilusión de vivir a mi volvía
y supiste alegrarme la vida entera.
Con tus pétalos rozabas mi amargura
y a mi alma envolvía tu fragancia,
mi corazón de piedra se estremecía
y sentí que el amor me vencía.
Poco a poco te pude convencer
de que mi amor por ti era sincero.
Poco a poco tu amor entero
lo más intimo de mí, hizo estremecer.
Y ahora este cardo siente celos
al saber que alguien, tu aroma tomaba,
sabiendo que no has sido solo mía
que otro tus pétalos con su boca besaba.
Quisiera a la rosa solo mía
olvidando que la rosa tiene espinas
y yo, un cardo, ¿ no recuerdo las mías ?
perdóname flor mía, no sabía lo que dolía.
Florece amor con toda tu fuerza
que tus raíces mi corazón envuelvan
que junto con mi alma se injerten
y fruto de nuestro amor más rosas florezcan.
©Carpin - 10 / 03 / 93
No hay comentarios:
Publicar un comentario