Nosotros los veteranos, por lo visto tenemos conceptos demodé y retrógrados.
¡Ojo! me refiero a las calificaciones y/o clasificaciones de colores y olores, porque en otras cosas o temas quizá seamos la avanzadilla de la revolución, no digo todos, que quizá algunos muchos sí son retrógrados e inmovilistas persé.
En nuestra juventud, cuando asistíamos a clases de arte, (dibujo, pintura, escultura, cerámica, diseño, etc.) nos daban la paleta de colores básicos y ¡ale! a hacer mezclas para intentar sacar la más amplia gama de cada una de las combinaciones posibles y todo dependía de la facultad del mezclador de turno o de la estética con la que querías jugar. Así por ejemplo, con el rojo y el blanco hacías toda la gama del rosa, si era con el amarillo obtenías los tonos naranjas y así con cada una de las posibles combinaciones. Lo que está claro es que a la gama de color se la distinguía con oscuros o fuertes, medios o neutros y claros o suaves.
Por otro lado y con respecto a los aromas, estos estaban bien definidos creo que desde los tiempos inmemorables y además adaptados y adecuados a cualquier técnica en la que se tuviera en cuenta el olor. Perfumes, cremas, vinos, gastronomía, etc. Hablando de lo que entiendo un poco y faltando a mi modestia como catador de vinos, aficionado por supuesto, pues creo distinguir por supuesto los aromas primarios, secundarios sin olvidarme del terciario. Todos esos aromas frutales, florales, vegetales, especiados, a roble americano, francés o centro europeo, esos olores a tostado, tierra, etc.… incluso aquellos imperceptibles y no precisamente agradables de moho, agrios, ácidos, etc.
Ahora no es así la cosa, ahora, digo yo, se reúnen o no, los diseñadores de moda, los estilistas del diseño o los genios publicistas y nos salen con denominaciones increíbles con respecto al color como: “Rojo lucifer”, “Azul petróleo”, “Verde tomate”, “Amarillo cielo”, “Blanco sierra”, etc. y no digamos en relación a los aromas y sus designaciones: “Madera recién cortada”, “Lago de montaña”, “Cítrico verde”, “Leche del valle”, “Brisa de Levante”, etc.…
Y digo yo, ¿quien coño sabe de qué color era lucifer? o es que cada demonio tiene un color y hasta hay demonios azules o ¿desde cuándo el petróleo es azul? Es que de tanto esquilmar las fosas petrolíferas éste sale ya a colorines. ¡Jódete con el tomate verde!, ¿a qué verde se refiere?, al del tomate en rama, al de pera, al común o al tomate raft y ¿en qué estado de su verdura? ¡Ándale! como dicen los mexicanos con el amarillo cielo, ¿a qué amarillo se alude? Al del atardecer o al del amanecer y si hay nubes como tienen que ser éstas negras, grises o blancas y para rematar los colores me consume el blanco sierra, ¿de qué sierra estamos hablando?, de Sierra Nevada, de Sierra Elvira, de los Andes, del Himalaya o de las del serrucho y ¿cómo es ese blanco?, porque si es de Sierra Elvira pocas veces se ve blanca, que si es la del Himalaya por sus glaciares digo yo que se perfilará azul por eso de la antigüedad del hielo, en fin que estoy anonadado por mi incultura colorista.
Pero no me quedo atrás con los olores de moda, yo quisiera me explicaran a qué madera se refieren, porque entiendo que no huele igual la de cedro que la de encina o la de roble y enebro, ¿o sí?, además me encantaría me aclararan cómo huele el lago de montaña, de qué tipo de lago hablan y de qué montaña y si la montaña tiene árboles recién cortados o no, o si corre la brisa de levante o de poniente y sin especificar si los árboles son cítricos y están verdes y si los cítricos son naranjas o limones o mandarinas o quizás limas.
En fin que me quedo con mi mar de dudas, ¡joder!, ese puede ser otro color o es otro olor, vamos que ni puta idea. Se me han olvidado todos los conceptos que yo tenía con las nuevas denominaciones.
Es la moda, a ver con que nos salen los fanáticos de la restauración con los sabores, por que esto se pega.
©Carpin - 04/ 05/ 2011
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